Actualmente las organizaciones necesitan desarrollar sus proyectos, servicios o nuevos productos de manera muy rápida para adaptarse a un mercado cambiante.
Con el uso de las metodologías tradicionales los desarrollos son más propensos a incurrir en retrasos de la fecha de entrega o el aumento de los costes producidos por los cambios durante la ejecución.
Para dar respuesta a estos problemas, nacen las metodologías ágiles basadas en los principios del manifiesto ágil, que ponen foco en las personas, la colaboración del cliente y la finalización del proyecto.
Los principales beneficios derivados del uso de estas metodologías son:
- Permiten la adaptación de los requisitos durante el desarrollo.
- Fomentan el trabajo colaborativo con la implicación, tanto del equipo de desarrollo como del cliente.
- Acortan los tiempos en la entrega del proyecto.
- Promocionan las entregas parciales para validar los requisitos.
- Mejoran de la calidad de los proyectos finalizados.
Todo ello permite a las empresas mejorar la efectividad, repercutiendo en el incremento de beneficios y fomentar la innovación.
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